La desmemoria de Alcobendas.

A últimos del siglo XVIII la Alcobendas de la edad contemporánea, denominaba sus calles con Santos como San Isidro o San Francisco o la del Conde de Barajas. Ventas y casas con portal eran el paisaje urbanístico de la población. Viñas con hasta 20257 cepas de uva. Labradores, nodrizas o vendedores de suela de cabra para calzado. Entonces Alcobendas se encontraba a tres leguas de Madrid y ya detentaba un maestro de apellido Cachorro que buscaba alumnos de pago. También tenemos a Nicolás Briceño (Otro Briceño sería alcalde constitucional en 1812, Fernando) ofreciendo administradores de fincas o viñedos. En 1798 se torean en Aranjuez para la congratulación de Carlos IV toros de la ganadería de Diego López.

En esa época es conocida la casa la “Diegota” cuya habitación se compone de portal, cuarto baño dormitorio, cocina, caballeriza con tres plazas de pesebres, y corral, tasado en 3,400 rs., y el pajar en 2,648. Un dineral para 1806 y el siglo XIX. En las tiendas de la villa podías encontrar peras de roma, Camuesas y peros pardos, dos tipos de manzana, higo fino, ciruelas o bergamotas.

El 2 de Diciembre de 1808 las tropas francesas victoriosas de la Batalla de Somosierra con el emperador Bonaparte en su dirección ocupan Alcobendas, y Benito Pérez Galdós en su Napoleón en Chamartín lo cita.

En 1810 se hace famoso el mito de Manuel Carrillo, conocido como el Tuerto del clavel o pies de plata. De 52 años y procesado ya en 1795 por pequeños hurtos o requisas de leña o cacerías para comer en bosques reales. En 1802 por un robo a arma de fuego en el camino de Francia es destinado a presidio a Ceuta. En octubre tras dedicarse al pillaje en una casa, dar refriega de pólvora con su banda en la Moraleja, es apresado en Torrelaguna por soldados Westfalianos (Alemanes) y dado garrote vil, por la administración de José I o Pepe Plazuelas.

Recordar a los patriotas que el 11 de Julio de 1808 dieron emboscada a los franceses en Alcobendas,  una partida de patriotas liderados por Pedro Serrano y Ortiz Caballero. Desde Marzo de ese año fue apropiada por el mariscal Joaquín  Murat, el que lanzó en la batalla de Borodinó en 1812 en Rusia un ataque de caballería, que apuntó cambio los libros de historia.

Esa villa, hoy es polvo del olvido, nada recuerda las gestas de sus gentes, tanto en la paz como en la lucha por la soberanía popular y antiimperialista. Ni sus recuerdos, épicas y dimes y diretes son nada en la memoria de la ciudad.

Qué decir del coronel Andrés  Egnaguirre o el comandante Juan Palacín que defendieron la constitución de 1812 en la población frente a los absolutistas o los vecinos Ramón y Anselmo Perdiguero, adscritos a la milicia nacional que el 15 de Marzo de 1823 dan batalla a una facción pro Fernando VII dirigida por un tal Juanillo.

En la amnesia están  Felipe Homóbono Pindado y Francisco Sánchez, fallecidos en la guerra de Cuba como soldados de 1895-98, en el que combatieron otros 25 Alcobendanos. O Ángel Aguado García herido en Zeluán en 1909 en el conocido como desastre del ejército español en Marruecos en el Barranco del Lobo, que dio paso a una canción que se cantaba en coros infantiles y en escuelas, incluidas la de esta localidad.

Peor lance han tenido Enrique López Silva, Antonio Vázquez Sobreviela o Víctor Muñoz Galán, alcaldes durante la II República y que no ostentan como primeros regidores locales una calle en nuestro callejero, por mantenerse leales a la autoridad política de Manuel Azaña  el 18 de Julio de 1936 y posteriores hechos. Anteriores y ulteriores miembros principales del Ayuntamiento renombran nuestras vías y calles.

La desmemoria también es machista, mujeres con responsabilidad política o que por primera vez optaron a ella en 1979 como Amelia Campains de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT), Teresa Carmona (PSOE), María Francisca Gómez (UCD) o María del Carmen Menéndez (PCE) pioneras en intentar dar voz femenina y derechos para su género en el consistorio hoy son desconocidas para la ciudadanía actual. Lo mismo que la socialista María Madrigal Hidalgo nacida en este municipio en 1850 y que ingresó en la Agrupación Socialista de Madrid en 1906.

En cuanto a la polémica sobre la calle Francisco Largo Caballero, este sindicalista y meses después presidente del consejo de ministros de la República, se tiene constancia que estuvo en Alcobendas entre el 30 y el 31 de Julio de 1936 y que desde allí puso camino al frente de Somosierra para dar apoyo a las tropas antifascistas que en ese momento dada combate en esa zona.  Por lo tanto no es ajeno al devenir de nuestra urbe.

Este relato  viene a la actualidad y porque el grupo municipal de Podemos al que represento llevó a pleno una moción para dar nombre a una plazoleta a la Sanidad Pública. Un espacio de afecto a esos sanitarios y sanitarias, que bajo la estructura del sistema de salud estatal, han salvado vidas y son la única «vacuna» vigente ante la pandemia que padecemos.

Qué Alcobendas no descuide más su pasado y su hoy que transita al ayer, ni sus remembranzas populares y a  quienes en este milenario asentamiento, supuestamente  arrebatado por el reino de Castilla a los almorávides, dieron el sentido democrático, libre, cultural, histórico, anecdótico, emotivo y propio a Alcobendas, en el pasado a veces escrito con V en vez de con B.

Memoria y ciudad.

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Eduardo Andradas