Herederos de la Inquisición


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La Inquisición española, con su Tribunal del Santo Oficio, fue una Institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. En marzo de 1492 marcó la fecha del destierro definitivo de un pueblo que vivió en la Península cientos de años antes de ser echados de España -los historiadores no se ponen de acuerdo en la fecha de llegada, algunos sostienen que habrían desembarcado en el Siglo II antes de Cristo-.
“En 1486, en Balmaseda (Vizcaya) comenzaron a expulsar judíos ocho años antes de que los Reyes Católicos decretaran la expulsión de todos los judíos que no aceptaran el bautismo.”(Toti Martínez de Leza, traductora, guionista de TV y escritora).

Fueron muchos los que se marcharon, pero fueron más los que se quedaron, es decir, los que prefirieron bautizarse y renegar de su Fe, lo que conllevó renegar de su pasado, sus costumbres, sus modos de vida, antes que partir hacia lo desconocido y exiliarse de una tierra que consideraban suya, porque eran nacidos en ella y por tanto españoles, con otro credo religioso, pero tan respetable como el católico. Ésta herencia, la derecha y la extrema derecha no la han abandonado, permanece en su ADN político como parte de su tradición, es importante recordarlo.

Para comprender la actitud política del PP es necesario conocer nuestra Historia para comprender la tradición de sus creencias conservadoras.
Ellos parten de que son católicos, apostólicos y romanos, porque siguen en sus creencias a los papados de Roma. La Iglesia Católica pretendió cristianizar el mundo, dado que para ellos fue su Dios quien lo creó y por tanto a las demás religiones habría que destruirlas. Para ello formaron las Cruzadas en el Concilio de Clermont, a finales del siglo XI, el punto álgido de las mismas duró unos trescientos años (entre 1099 y 1291) aunque en algunos países como España y Europa del Este se prolongaron hasta el siglo XV, y que fueron una serie de guerras religiosas impulsadas por la Iglesia Católica en plena Edad Media. Las Cruzadas fueron unas campañas militares que realizaron los Papas por diversos territorios de la Europa latina cristiana. Los ejércitos estaban formados por los Cruzados, ciudadanos a los que les eran perdonados sus pecados a cambio de combatir en las cruzadas, es decir, para eliminar a toda persona que no profesara la religión católica.

En esta pincelada histórica de los católicos, queda reflejado el origen espiritual de éstos ciudadanos dirigentes del PP, y para confirmarlo sólo debemos recordar que Franco también llamó al golpe de Estado, nuestra Cruzada, contra el comunismo y la masonería, por ello, acabada la guerra civil, la Iglesia perdonó a los golpistas, pero a los cruzados que murieron en el enfrentamiento se les colocó, en la partes exteriores más visibles en todas las Iglesias del país, en los frontispicios, lápidas en mármol, verticales, con los nombres de los “CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA”, en la actualidad la Iglesia les ha cambiado el nombre, ya no son cruzados sino “Guerrilleros de Cristo Rey”.

Los conservadores quieren continuar defendiendo su ideología del pasado, de la mano de la Iglesia, oponiéndose a todo lo que sea progreso social, cultural y económico. Son racistas, xenófobos, intolerantes, hipócritas e inquisidores.
Lo demuestran en sus actuaciones permanentes. En los últimos tres años han presentado al menos 14 recursos de inconstitucionalidad en contra de las Leyes promovidas en el Congreso de los Diputados por el PSOE y PODEMOS, pero también contra las aprobadas por los Parlamentos de Comunidades Autónomas no gobernadas por ésta formación política, como es el caso de Cataluña, Castilla la Mancha y Comunidad Valenciana, según el recuento realizado por el periódico “La Nueva España” de las publicaciones del Boletín Oficial del Estado (BOE).
Las Leyes de Educación, Eutanasia, la modificación del Código Penal en relación a las penas de cárcel contra los piquetes sindicales, el establecimiento del régimen jurídico aplicable al Consejo General del Poder Judicial en funciones, el Ingreso Mínimo Vital, la modificación de las normas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, la modificación de la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local de la Haciendas Locales son algunas de las normas del Gobierno actual que, al menos 50 diputados del PP, que es el número mínimo que establece la Ley para intentar tumbar una Ley, han llevado ante el Tribunal Constitucional para que sean anuladas.

Más ejemplos de intolerancia inquisitorial e hipocresía sin límites, sólo siete Leyes votó el PP en contra del progreso social; Eutanasia, Aborto, Divorcio, Matrimonio entre personas del mismo sexo, Ley de cambio de personas trans, Ley de Igualdad y Ley Antitabaco. En la Ley de la interrupción voluntaria del embarazo con 184 votos a favor, 158 votos en contra y una abstención, una votación en la que el PP, en bloque, votó en contra.
Puede verse, con meridiana claridad, la postura inquisitorial permanente de la Iglesia a través de sus representantes permanentes en el Congreso de los Diputados, en “plena y consolidada” democracia Española, llamados “populares”.

Es evidente la peligrosidad de las derechas para la democracia y el progreso en nuestro país, y no solamente, por ello debemos prepararnos como demócratas para que nuestro país continúe en el camino iniciado por las fuerzas políticas democráticas para seguir construyendo la Paz, la Justicia Social, la Igualdad y el Derecho a la vida plena que todo ser humano, de buena fe, tiene derecho.

No debemos olvidar quienes son y qué representan los diputados del PP, en tanto su actitud no sea una oposición política constructiva que aporte valores de Progreso y de la Ciencia al servicio de toda la ciudadanía, sin exclusiones.

 A.R.

Alfonso Romero García