El nivel del mar se ha elevado 15 centímetros en el siglo XX

Y, dado el incremento de la temperatura del planeta, seguirá subiendo durante siglos. Lo dice el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), que hizo público ayer en Mónaco su informe especial sobre «Océanos y criosfera en un clima cambiante», en el que insiste en la necesidad de una reducción “urgente y ambiciosa” de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según este estudio, el nivel del mar «de aquí a 2100 podría llegar a registrar una elevación de entre aproximadamente 30 y 60 centímetros incluso aunque se logre una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero». Más aún: «si las emisiones siguen aumentando con fuerza, la subida del nivel de las aguas podría ser del orden de 60 a 110 centímetros».

Los océanos y la criosfera -las zonas congeladas del planeta- desempeñan una función decisiva para la vida en la Tierra. Un total de 670 millones de personas viven en regiones de alta montaña y 680 millones de personas habitan en zonas costeras de baja altitud. Todas ellas -1.350 millones de personas- dependen directamente de esos sistemas. Además, cuatro millones de personas viven permanentemente en la región ártica, y los pequeños Estados insulares en desarrollo son el hogar de 65 millones de personas. Los datos han sido extraídos todos del informe especial sobre «Océanos y criosfera en un clima cambiante», que ha sido elaborado a partir de casi 7.000 artículos científicos de más de 100 expertos en clima y océanos.

El informe fue encargado al máximo órgano internacional en la ciencia del cambio climático (IPCC) por los 195 países que integran la Convención de Cambio Climático de la ONU, tras la adopción del Acuerdo de París, en diciembre de 2015, y representa la evaluación más exhaustiva hasta la fecha de la gravedad de los impactos del cambio climático en los océanos y en las zonas con superficies heladas del planeta. Entre los más de 100 autores, de 36 países, han participado dos científicos españoles: Íñigo Losada, director del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, y Javier Arístegui, profesor del Instituto de Oceanografía y Cambio Global, centro de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Según el estudio, que fue presentado ayer en Mónaco, el calentamiento global ya es de un 1°C con respecto a los niveles preindustriales a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y presentes, «y hay pruebas abrumadoras de que ello entraña consecuencias graves para los ecosistemas y las personas: los océanos se han calentado, su acidez ha aumentado y su productividad ha menguado. La fusión de los glaciares y los mantos de hielo provoca la subida del nivel del mar, y los fenómenos extremos costeros son cada vez más violentos.

Durante el siglo XX -explican los autores-, la elevación del nivel del mar a escala mundial ha sido de unos 15 centímetros, pero el ritmo actual se ha más que duplicado (3,6 milímetros anuales) y no deja de acelerarse. Más aún: según el informe, «el nivel del mar seguirá subiendo durante siglos: de aquí a 2100 podría llegar a registrar una elevación de entre aproximadamente 30 y 60 centímetros incluso aunque se logre una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global se mantenga muy por debajo de 2°C. Sin embargo, si las emisiones siguen aumentando con fuerza, la subida del nivel de las aguas podría ser del orden de 60 a 110 centímetros».

Hoesung Lee, Presidente del IPCC: “puede que, para muchas personas, el mar abierto, el Ártico, la Antártida y las zonas de alta montaña parezcan muy distantes, pero dependemos de esas regiones, que inciden directa e indirectamente en nuestras vidas de formas muy diversas, por ejemplo, en lo concerniente al tiempo y el clima, la alimentación y el agua, la energía, el comercio, el transporte, las actividades de ocio y turísticas, la salud y el bienestar, la cultura y la identidad. Si reducimos las emisiones drásticamente, las consecuencias para las personas y sus medios de subsistencia todavía constituirán todo un desafío, pero puede que sean más fáciles de gestionar para las personas más vulnerables. Aumentaremos la capacidad para fomentar nuestra resiliencia y los beneficios en favor del desarrollo sostenible serán mayores»

Los cambios que se avecinan, según el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC)
Reproducimos a continuación, literalmente, el comunicado difundido ayer en Mónaco por el IPCC
Los glaciares, la nieve, el hielo y el permafrost están disminuyendo y lo seguirán haciendo, y según las proyecciones ello aumentará los peligros para las personas, por ejemplo, en forma de deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones. Se prevé que los glaciares de menores dimensiones situados, entre otros lugares, en Europa,
África Oriental, la región tropical de los Andes e Indonesia perderán más del 80 % de su actual masa de hielo de aquí a 2100 en un escenario de altas emisiones. El retroceso de la criosfera en regiones de alta montaña seguirá incidiendo negativamente en las actividades de ocio, el turismo y el patrimonio cultural.

A medida que los glaciares de montaña retroceden, también se ve afectada la disponibilidad de agua y la calidad de ese recurso aguas abajo, y ello repercute en numerosos sectores, como el agrícola y el hidroeléctrico. Según el copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC, Panmao Zhai, “Los cambios en la disponibilidad de agua no solo perjudicarán a los habitantes de esas regiones de alta montaña, sino también a comunidades situadas muchos kilómetros aguas abajo”.

Fusión de los hielos y subida del nivel del mar
Los glaciares y los mantos de hielo de las regiones polares y de montaña pierden masa, y ello contribuye no solo a la aceleración de la subida del nivel del mar, sino también a la expansión de las aguas cálidas en los océanos. Durante el siglo XX, la elevación del nivel del mar a escala mundial ha sido de unos 15 centímetros, pero el ritmo actual se ha más que duplicado (3,6 milímetros anuales) y no deja de acelerarse, según se evidencia en el informe.

Valérie MassonDelmotte, copresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC: «en los últimos decenios, el nivel del mar ha subido cada vez más rápido a causa de las crecientes aportaciones de agua de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida, sin olvidar otros factores contribuyentes, como el agua procedente del deshielo de los glaciares y la expansión térmica del agua debida al aumento de su temperatura»

Mar extremo
La subida del nivel del mar incrementará la frecuencia de los «episodios de nivel del mar extremo» que tienen lugar, por ejemplo, durante las mareas altas y las tormentas intensas. Los datos indican que, con cada grado de calentamiento adicional, aquellos fenómenos que en el pasado se producían una vez cada 100 años tendrán periodicidad anual (1 año) a mediados de siglo en muchas regiones, agravando los riesgos a los que están expuestas muchas islas pequeñas y ciudades costeras de baja altitud. Si no se destinan grandes inversiones a fines de adaptación, estarían expuestas a riesgos de inundación cada vez mayores, según se explica en el informe.

Así pues, es probable que algunas naciones insulares dejen de ser habitables a causa de los cambios en los océanos y la criosfera provocados por el clima, según el informe, pero sigue siendo sumamente difícil evaluar los umbrales de habitabilidad. La intensificación de los vientos y las precipitaciones asociados a los ciclones tropicales agudizan los episodios de nivel del mar extremo y los riesgos costeros. Los peligros serán todavía más graves a raíz del aumento en la intensidad y la magnitud medias de las mareas meteorológicas y los acumulados de precipitación debidos a los ciclones tropicales, en particular en un contexto de mantenimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero en niveles altos.

Cambios en los ecosistemas oceánicos
El calentamiento de los océanos y los cambios en su química ya ocasionan alteraciones en especies de todos los niveles de la trama alimentaria oceánica, y ello repercute en los ecosistemas marinos y las personas que dependen de ellos. Hasta la fecha, los océanos han absorbido más del 90 % del exceso de calor del sistema climático. De aquí a 2100, absorberán entre dos y cuatro veces más calor que en el período comprendido entre 1970 y el momento actual si el calentamiento global se limita a 2 °C, pero si las emisiones son más elevadas, la absorción será entre cinco y siete veces mayor. El calentamiento de los océanos reduce la mezcla entre capas de agua y, como consecuencia, el suministro de oxígeno y nutrientes para la vida marina.

La frecuencia de las olas de calor marinas se ha duplicado desde 1982 y su intensidad no deja de crecer. Las proyecciones apuntan a un incremento adicional en su frecuencia, duración, extensión e intensidad. Con un calentamiento de 2 °C, su frecuencia será 20 veces mayor en comparación con los niveles preindustriales, pero si las emisiones siguen aumentando con
fuerza, su frecuencia será 50 veces mayor. Desde el decenio de 1980, los océanos han absorbido entre el 20 y el 30 % de las emisiones de dióxido de carbono antropógenas, y ello ha causado su acidificación. Una incorporación continuada de carbono a los océanos de aquí a 2100 exacerbará el aumento de acidez de sus aguas.

La acidificación y el calentamiento de los océanos, la pérdida de oxígeno y los cambios en el suministro de nutrientes ya afectan a la distribución y la abundancia de la vida marina en las zonas costeras, en alta mar y en el fondo marino.

Pérdida de hielo marino en el Ártico y deshielo del permafrost
En el Ártico, los valores mensuales de extensión del hielo marino disminuyen para todos los meses del año, y su espesor no deja de menguar. La estabilización del calentamiento global en 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales supondría que el hielo desaparecería del océano Ártico en septiembre —el mes con menor extensión de hielo— solo una vez cada
100 años. Sin embargo, con un calentamiento global de 2 °C, esa circunstancia podría llegar a producirse cada tres años.

El terreno de permafrost -congelado durante muchos años- es objeto de calentamiento y deshielo, y las proyecciones apuntan a un deshielo generalizado de ese tipo de terreno durante el siglo XXI. Incluso aunque el calentamiento global se limite a valores muy inferiores a 2 °C, aproximadamente el 25 % del permafrost situado cerca de la superficie (3-4 metros de profundidad) se habrá deshelado de aquí a 2100. Si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando con fuerza, cabe la posibilidad de que se pierda cerca del 70 % del permafrost que se encuentra cerca de la superficie.

Debra Roberts, copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC: «solo podremos mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales si aplicamos transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, por ejemplo, en los ámbitos de la energía, la tierra y los ecosistemas, las zonas urbanas y las infraestructuras, y la industria. La adopción de políticas climáticas ambiciosas y la reducción de las emisiones imprescindible para dar cumplimiento al Acuerdo de París también protegerán los océanos y la criosfera y, en última instancia, permitirán velar por el conjunto de la vida en la Tierra”

Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante
El Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante del IPCC es el tercero de una serie de informes especiales elaborados en el sexto ciclo de evaluación del IPCC. Se ha preparado bajo la dirección científica conjunta de los Grupos de Trabajo I y II del IPCC, con el apoyo de la Unidad de Apoyo Técnico del Grupo de Trabajo II del IPCC. El término “criosfera” -del griego kryos, que significa frío o hielo- describe los componentes congelados del sistema Tierra, con inclusión de la nieve, los glaciares, los mantos y las plataformas de hielo, los témpanos y el hielo marino, el hielo lacustre y fluvial, así como el permafrost y el terreno estacionalmente congelado.

El informe, como los demás informes del IPCC, pretende poner a disposición de los gobiernos, a todos los niveles, información científica que pueden utilizar para elaborar políticas climáticas. También constituyen una contribución fundamental a las negociaciones internacionales dirigidas a afrontar el cambio climático.

El Resumen para responsables de políticas presenta las conclusiones principales del informe especial, basándose en la evaluación de la bibliografía científica, técnica y socioeconómica disponible relativa al océano y la criosfera en un clima cambiante. El Resumen para responsables de políticas del Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, así como otra información adicional al respecto, pueden consultarse en la siguiente dirección.

Cifras destacadas del informe especial
El informe fue elaborado por 104 autores y editores-revisores de 36 países, 19 de los cuales eran países en desarrollo o economías en transición. De todos ellos, 31 eran mujeres y 73 hombres. En el conjunto del informe (versión final) se incluyeron referencias a 6 981 publicaciones. Los diversos anteproyectos del informe generaron 31 176 observaciones de 80 países y de la Unión Europea.

IPCC
El IPCC evalúa los miles de artículos científicos que se publican cada año para informar a los responsables de políticas sobre lo que sabemos y lo que nos falta por saber acerca del cambio climático. Señala los casos en los que existe acuerdo en la comunidad científica, los casos en los que hay divergencias de opinión y los casos en los que se necesita más investigación.

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