2018 ¿Legislar la igualdad?

Es increíble que en marzo del año pasado aún se requiriese de la aprobación en el Congreso, de una ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

Lamentable que en siglo XXI se precise la aprobación de una ley orgánica para determinar que las mujeres son iguales en dignidad humana, en derechos y deberes que los hombres. Igualdad que también requirió ser recogida como un principio universal en la legislación internacional sobre derechos humanos.
 
¿Realmente se requiere tener que regular por ley la igualdad de los seres humanos? ¿Una ley para combatir la violencia machista, la discriminación salarial, las indignas pensiones de viudedad, el mayor desempleo de la mujer, la escasa presencia de la mujer en cargos directivos, políticos, sociales , culturales, o en los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar?
 
La desigualdad de género se combate no con leyes, sino con políticas que promueven la justicia. No solo para beneficio de las mujeres, también para el resto de la sociedad.
El concepto de desigualdad implica también la incapacidad de realizar o desarrollar algo en todo su potencial, en este caso se da una discriminación en el momento en que los individuos a los que les atribuye un género determinado no tienen acceso a posibilidades sociales de igual nivel que los individuos de otro género.
 
Cuando los países valoran a las niñas y mujeres tanto como a los niños y los hombres; cuando invierten en salud, educación, capacitación, y les dan a las mujeres mayores oportunidades de participación en la economía, administrar los ingresos, tener y dirigir negocios, los beneficios trascienden más allá de las niñas y mujeres como individuos y se extienden a sus hijos y familias, sus comunidades, las sociedades y la economía en general.
Kike