Ni perro que me ladre

El Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes anuncia en el último número de la revista «La Plaza» el inicio de una campaña contra el incumplimiento de la Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales. Esta acción se enmarca como respuesta a las quejas recibidas en las reuniones que el gobierno municipal está manteniendo en los distintos barrios de la localidad con sus vecinos. Pero olvidan Narciso Romero y sus concejales que hay problemas mucho más acuciantes que el hecho de que un vecino o vecina pasee a su perro sin correa por un parque. Tenían otras opciones, pero no, van a lo básico, que no es otra cosa sino sancionar.

Para ello van a destinar a 4 policías municipales en horario de mañana y tarde, y, a ser posible, otros dos agentes en horario nocturno. Mientras tanto tendremos que seguir soportando vehículos en segunda fila sin ningún control porque la policía municipal estará dedicada a otros menesteres. Tendremos que sufrir los alborotos en las noches de los fines de semana porque los agentes estarán vigilando a unos individuos sumamente peligrosos que sueltan a sus perros en un parque a las 9 de la noche. Nos pondremos tapones en los oídos para poder aguantar el ruido de algunas motos que tienen el escape trucado porque a Narciso y compañía se les ha ocurrido la brillante idea de hacer un gesto de cara a la galería.

Hay que dejar claro que un perro de raza potencialmente peligrosa no puede ir suelto bajo ninguna circunstancia por un parque. Partiendo de esa premisa, la gran mayoría de las mascotas no son de raza peligrosa, por lo que no sería descabellado pensar que puede darse una convivencia en la que los canes disfrutasen de más espacio y libertad sin interferir en otras actividades. Sólo bastaría aplicar un poco el sentido común, es decir, si ves que viene un ciclista, sujetar un poco al animal, si hay niños pequeños que puedan asustarse, atarle.

En Sanse tenemos la normativa más restrictiva de nuestro entorno, con diferencia. En la ordenanza se especifica que, «excepcionalmente, en los parques públicos que carezcan de dichas zonas, podrán estar sueltos entre las 22 y las 8 horas desde el 1 de octubre al 31 de marzo, y entre las 24 y las 8 horas el resto del año«. Se refiere a aquellos parques en los que no existan espacios vallados para los perros, los conocidos como «pipicanes». Es decir, que prácticamente en ningún parque de nuestra localidad podremos llevar a nuestra mascota suelta, porque otra cosa no habrá hecho este gobierno, pero «pipicanes» a espuertas.Y en los que sí se pueda hacer será con nocturnidad, en un horario excesivamente escaso.
 
Para que cualquier lector se pueda hacer una idea, en la vecina Alcobendas se establece que «en los parques y jardines, sin perjuicio del horario de cierre de cada uno de ellos, podrán estar sueltos del 20 de junio al 20 de septiembre: de 22:00 a 10:00 horas y del 21 de septiembre al 19 de junio: de 20:00 a 9:00 horas, excepto sábados, domingos y festivos que será de 20:00 a 10:00 horas«. En el caso de la ciudad de Madrid, podrán circular sin atar «en invierno, por la mañana hasta las 10h y por la tarde a partir de las 19h. En verano, por la mañana hasta las 10h y por la tarde a partir de las 20h«. Es decir, en ambas ciudades los horarios para pasear sueltos los canes son mucho más amplios, y no existen limitaciones como las que imperan en Sanse, sino que puede ser en cualquier parque o jardín.
 
Por cierto, señor Romero, señora Barba, señor García-Caro, en esas reuniones la gente se ha quejado, y mucho, por la suciedad en las calles. Suciedad que no sólo proviene de las cacas de los perros que algunos infames vecinos (los dueños, obviamente) van dejando a su paso, sino que es consecuencia de una política, la suya, en la que se sustrae el dinero de los contratos de limpieza para dárselo a la empresa que gestiona el polideportivo. Un espacio que seguramente esté más limpio que nuestras calles gracias al trabajo de unos operarios entre los que se cuenta algún que otro estómago agradecido al que siempre pueden tener a sus órdenes, las de ustedes.
 
Y como dije al principio, dan la sensación de tener un intelecto, cuando menos, limitado. Su solución para todos los problemas de Sanse es prohibir y sancionar, al más puro estilo de cualquier gobierno «progresista» como el que dicen representar. No se plantean ampliar el horario o los espacios en los que algunos animales puedan ir sueltos. No se plantean delimitar (que no vallar) zonas específicas en algunos parques para que los perros puedan correr libremente. No se plantean premiar a quien recoge los excrementos de su can con un paquete de bolsas para ello. No, sólo se les ocurre multar. Que visto de otra manera, también es una buena fórmula para conseguir los recursos con los que seguir aumentando su ya cuantiosa nómina de asesores elegidos a dedo.
 
Y mientras tanto Maikan, esa empresa bajo sospecha del mismo maltrato animal que persigue su Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales, sigue prestando el servicio de recogida de animales abandonados porque ustedes hacen un pliego de condiciones para el que no destinan los suficientes recursos y, por tanto, queda desierto.