«¡Muérete!» La verdadera naturaleza de la derecha española es antidemocrática.

Piden el levantamiento de las fuerzas armadas, hacen llamamientos al golpismo, al transfuguismo, amenazan, amedrentan, no reconocen la soberanía del pueblo español, no reconocen a sus representantes, no respetan la libertad de expresión, obstaculizan la sede del parlamentarismo…

Y es que tienen miedo. Miedo a la pérdida de privilegios que durante 80 años de la historia de este país les ha permitido manejar a su antojo las instituciones del estado, el saqueo de los fondos públicos, los recortes de derechos y libertades… Miedo ante la pérdida de control, miedo ante la vocación de no sometimiento de la mayoría plural del pueblo español.

Ante la formación del primer gobierno de coalición de izquierdas de la “reciente” democracia española, el primero desde la II República, la reacción de las fuerzas de derecha extrema, PP, VOX y Ciudadanos, era de esperar. Sacar las patas por alto, escenificar su naturaleza intolerante, guerracivilista, llamando a un nuevo “Tamayazo” o a una insurrección militar, insultar, vejar, mentir…

Una derecha extrema fraccionada, refrendada por los votos de españoles y españolas, pero al margen de las principales herramientas políticas: el diálogo y la negociación. La ausencia del ejercicio de la política en el bloque ultraconservador ha generado graves obstáculos de convivencia para la patria, dificultades para el funcionamiento de las instituciones, desmemoria, imposiciones, recortes de derechos fundamentales, encarcelamientos o exilios  políticos….retroceso democrático en definitiva.

Ojalá este 2020 inaugure una nueva senda de la democracia española, una senda en la que construir relaciones más igualitarias, más justas y comprensivas sea una práctica cotidiana, ojalá los derechos humanos sean una prioridad en la acción de gobierno, ojalá la voluntad y la comprensión le den una oportunidad al Planeta y a cuantos lo habitamos, ojalá la tortura sea abolida, la razón multiplicada, el diálogo circule en todas direcciones, la economía sirva a las necesidades de la gente y la esperanza reverdezca en el pardo y yermo panorama dibujado por políticas de derechas o neoliberales tras tantas décadas.

A los “patriotas de la derecha”, esos que interrumpen discursos parlamentarios, que publican incendiarios twits llamando al levantamiento militar, que chabacanamente califican de “payaso”, “terrorista”, “golpista”, “traidor”, “estafador”, “asesinos” a diputados del parlamento español, esos mismos patriotas que gritan “¡Muérete!” a una legítima representante de la soberanía popular, o alientan al transfuguismo para impedir la formación de gobierno, no les importa España, ni sus ciudadan@s, ni la democracia…

Así que no nos vendáis más patriotas, darnos patria y dejadnos construirla.