LOS ALCÁZARES: el diluvio o la planificación urbanística.

Dentro de la catástrofe a la que se ha visto sometida toda, o una buena parte, de la costa del Mediterráneo el pasado mes de enero, hay que considerar que dichos destrozos fueron producidos de dos formas distintas; podría decirse que opuestas, según la parte de costa o provincia que consideremos.

– Los destrozos que se produjeron del mar hacia tierra a dentro.

– Los destrozos que se produjeron de tierra a dentro hacia el mar.

Las costas de Valencia, Castellón y Alicante, entre otras, soportaron los embates de las olas de seis, ocho, y hasta diez metros y vientos que sobrepasaron los cien kilómetros de velocidad. Con estas condiciones meteorológicas puede comprenderse los desastres ocasionados: playas desaparecidas, paseos marítimos destrozados y casas próximas al mar derrumbadas.

Los Alcázares, es un pueblo ribereño del Mar Menor, provincia de Murcia. Es éste un mar prácticamente cerrado y de escasa profundidad, separado del Mar Mediterráneo por una lengua de tierra llamada» La Manga», podría decirse que es una laguna de agua salada, tranquila, carente de ningún tipo de olas.

Pese a esa carencia de oleaje, las playas de Los Alcázares, igual que las playas de levante, han desaparecido, han quedado destrozadas, la arena ya no existe.

¿Cómo es posible, si no hay olas, que en esta localidad se haya producido la catástrofe cualitativa y cuantitativamente más importantes de su historia?

¿Qué fuerza o causa pudo provocar la muerte de dos personas, provocar inundaciones en la práctica totalidad de las casas bajas, garajes, privados y públicos, (como el construido bajo el ayuntamiento, que se inundó hasta el techo), de comercios, con la consiguiente pérdida de géneros almacenados, hundimiento de casas, cuyos dueños lo han perdido todo, otros muchos han perdido ropas, muebles, electrodomésticos; se hundieron las vallas del polideportivo, próximo a la calle Jaén, anegándose todas las instalaciones, causando cuantiosos daños y las playas quedaron arrasadas?.

Mención especial merece citar la inundación del nuevo hospital regional «Los Arcos». Construido en el valle, en medio de la bajada de las aguas en su camino hacia el mar, a las afueras de Los Alcázares, por encima de la Autovía, sin ninguna protección contra las avenidas de las aguas pluviales. Los daños ocasionados han sido muy cuantiosos.

La causa de la inundación del municipio de Los Alcázares, fue una ingente cantidad de agua, procedente de la parte superior del casco urbano. El pueblo de Los Alcázares está ubicado en un ancho valle, donde las aguas buscan su salida al mar.

En la parte superior del pueblo, y tangente a él, discurre la autovía Cartagena – Alicante, que al estar elevada unos metros, sobre la base del valle, forma un muro de presa, donde queda retenida el agua que baja de tierras y pueblos situados en el interior y a mayor altura.

Se dio la circunstancia de que estuvo lloviendo en toda la región torrencialmente durante tres días con sus tres noches, acumulándose una cantidad insólita de metros cúbicos de agua.

Bajo la autopista hay una serie de pasos que comunican ambos lados de la autovía por los que el agua embalsada salió a presión hacia las calles de Los Alcázares, sumándose a esa avalancha, el agua que cayó durante los tres días sobre el pueblo.

Esto no era la primera vez que ocurría. Con mucha menor virulencia, cada vez que llueve fuerte en la parte superior de Los Alcázares , las aguas inundan las calles y bajos, llenándolas de barro y suciedad, y causando daños importantes.

Hace unos trece años, el alcalde D. Juan Escudero (PSOE), que en aquellos momentos regía los destinos de Los Alcázares, trasladó a la Asociación de Vecinos La Dorada, el plan integral de recogida de aguas pluviales. Este plan consistía en recoger, en la parte superior de la autovía, el agua que discurre hacia el mar, canalizándola por grandes colectores, que atravesando la autovía discurrirían bajo las calles desembocando en el mar. A estos colectores se conectarían otros de menor dimensiones para recoger las aguas de las calles del pueblo.

Este plan se puso en práctica, construyendo dos tramos; uno en la calle Trece de octubre, desde La Avenida de La Libertad hasta el mar (unos 400 metros); y otro, de dimensiones similares, a la altura del centro deportivo de Alto Rendimiento «Infanta Cristina». Este proyecto se paralizó en las corporaciones municipales que siguieron a la de Juan Escudero.

Si por parte de las siguientes corporaciones municipales, (cuatro años regido por la «opusdeísta» Dª Encarnación Gil Castejón, del PSOE, y ocho años regido por D. Anastasio Bastida Gómez, del PP, investigado por supuesta malversación de caudales públicos), se hubiera cumplimentado el Plan Integral de Recogida de Aguas Pluviales; no se tendría que lamentar la irreparable pérdida de dos vidas y de cuantiosísimas pérdidas materiales.

Es triste pensar, que esto puede volver a suceder otra vez, en cualquier momento que se den las condiciones climatológicas oportunas.