Ecologistas en Acción y Garaldea clausuran en Madrid sus primeras jornadas ecofeministas

La Asociación Garaldea y la organización no gubernamental Ecologistas en Acción han celebrado este fin de semana sus primeras jornadas ecofeministas. El encuentro, en el que han participado un centenar de personas, ha tenido como objetivo «crear alianzas entre personas y colectivos que están generando prácticas y planteamientos críticos desde el ecofeminismo».

Durante dos días, personas y organizaciones de diferentes partes del Estado español -informa Ecologistas en Acción– se han dado cita en Madrid «para trabajar algunos de los temas que el ecofeminismo aborda: economía, salud, arte, alimentación, teoría del decrecimiento o condiciones socioeconómicas para una alternativa a la crisis bajo criterios de sostenibilidad, equidad y justicia». El encuentro ha combinado mesas redondas y ponencias teóricas con otros espacios para el intercambio de experiencias.

Inauguradas el pasado sábado, estas primeras jornadas ecofeministas se han abierto con la mesa redonda «Miradas ecofeministas», en la que han participado la economista Amaia Pérez Orozco, la antropóloga e ingeniera Yayo Herrero y el colectivo Decrecimiento y Buen Vivir. Las participantes han propuesto un acercamiento teórico al ecofeminismo, que Yayo Herrero ha definido como «un discurso político, económico y cultural alternativo a nuestro modelo de desarrollo actual, que resulta depredador con el medio ambiente y la vida de las personas».

Para Herrero, integrante de Ecologistas en Acción, «nuestra sociedad occidental se sostiene sobre un mito fundacional que presupone que las personas podemos vivir emancipadas de la naturaleza, de las otras personas e incluso de nuestros propios cuerpos. Pero esa ficción solo puede sostenerse ocultando y minusvalorando las aportaciones que sostienen la vida».

Durante su exposición, la antropóloga ha expuesto su principal tesis: necesitamos una sociedad que ponga la vida en el centro. Esto supone, según Yayo, «asumir los límites físicos del planeta y la vulnerabilidad de los cuerpos». Ello pasaría por «revertir las prioridades de los sistemas económicos, políticos y culturales para organizar la vida y los tiempos de modo que se asuman modelos más austeros en lo material y corresponsables entre hombres, mujeres e instituciones en el cuidado de la vida».

Por su parte, Amaia Pérez Orozco se ha centrado en el análisis económico de nuestro modelo de desarrollo y el de aquel modelo al que se debería dirigir la sociedad. Para esta economista feminista, “estamos en transición, pero… ¿hacia dónde? Si queremos transitar hacia unas sociedades que pongan en primer lugar el buen convivir de todo el mundo, necesitamos mirar desde la vida que hoy está siendo atacada para poder desmontar una economía voraz y desmontar el género que todavía genera muchas desigualdades».

La primera mesa redonda se cerró con la participación de dos integrantes del colectivo Decrecimiento y Buen Vivir, quienes expusieron las bases del decrecimiento como una corriente de pensamiento que aboga por abandonar el mito del crecimiento ilimitado y que apuesta por transformar el rol que las mujeres juegan en él.

Otro de los temas de interés de estas jornadas fue la salud desde una perspectiva de género. Mar R. Gimena, de la Red CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios de Barcelona) y María Garrido, responsable del área de Ecofeminismo de Ecologistas en Acción, dieron una charla-taller sobre la medicalización de las mujeres.

Para estas médicas, la salud de las personas es el resultado de muchos condicionantes sociales, medioambientales, culturales, físicos, laborales y psicológicos. Sin embargo, nuestro sistema biomédico muchas veces reduce la atención sanitaria a los síntomas específicos y se generan desigualdades entre mujeres y hombres en el trato, la investigación, el diagnóstico y el tratamiento de múltiples enfermedades.

De la teoría a la práctica
Pero el encuentro no solo ha servido para presentar todas esas propuestas y análisis y para debatir y reflexionar sobre ellas. La Finca El Batán, un espacio gestionado por la Asociación Garaldea, se ha convertido durante dos días en un lugar de encuentro de diferentes personas y colectivos que trabajan desde postulados ecofeministas. La alimentación, la organización de los trabajos de cuidados, la movilidad y el urbanismo, o la práctica laboral en modelos de economía social y solidaria son prácticas que se pusieron en común en el encuentro.

Ecologistas en Acción define
El ecofeminismo es una corriente política que nació en la década de los 70 y que une los paradigmas del ecologismo social con los del feminismo. Durante los últimos años se ha erigido como un discurso económico, político y social riguroso con el que dar respuesta a nuestro modelo de desarrollo actual, a todas luces insostenible desde el plano medioambiental y humano. Para Guilermina Malo de Molina, portavoz de Ecologistas en Acción, «las jornadas han supuesto un paso más en la búsqueda de este otro modelo posible que garantice no sólo la sostenibilidad ambiental sino también la equidad entre mujeres y hombres».