Gracias hijo, por saludarme.
Paseando por el parque de La Marina, encontré sentado a un solitario anciano esbozando una ligera y triste sonrisa en su rostro y,pese a no conocerle, me acerqué y le saludé..»Hola». Y de sus tensos y temblorosos labios, su bronca voz pronunció…» Gracias hijo por saludarme».
Gracias hijo, por saludarme. Leer más »