NEGOCIANDO CON LA VIDA

Negocio para cuatro irresponsables (por no llamarles de otra manera), ruina para toda la humanidad.

Recientemente, en un pequeño pueblo de Toledo (Cardiel de los Montes) su alcalde ha autorizado una tala masiva de encinas en la urbanización colindante y perteneciente a esta misma localidad (Atalaya del Alberche). Esta tala, denominada por ellos «poda y saneamiento de la zona», se está llevando a cabo por una empresa dedicada a la venta de leña y, según ellos, solo están talando árboles enfermos o secos. Tras personarnos en la zona y comprobar como encinas de más de cien años, completamente sanas están siendo asesinadas, decidimos denunciar los hechos ante la Guardia Civil, y desde Ecologistas en Acción de Talavera de la Reina, ante la oficina comarcal de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Talavera, donde se encuentra la Inspección de Agentes Medioambientales. Por otra parte y viendo la lentitud en las actuaciones, estamos preparando otra denuncia directamente ante la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha.

Pero todo esto son trámites legales que hay que seguir ante una situación de este tipo y mientras tanto ¿qué?¿Esperamos a que la burocracia actúe? Estamos hablando de la vida, de un destrozo medioambiental que no va a tener marcha atrás. Cada día que pasa, mientras que los papeles circulan de mano en mano (papeles, ¡que curioso cuando hablamos de salvar su materia prima!), encinas centenarias, encinas que me han visto crecer, que han visto como generación tras generación de niños y niñas se agrupaban y forjaban amistad, que nos han guiado y acompañado en nuestros paseos y juegos, y que nos han hecho imaginar el futuro de nuestras generaciones venideras junto a ellas, repitiendo nuestras vivencias:

«Hijo, junto a estas tres encinas que forman un triángulo, mi pandilla hizo una cabaña en la que pasábamos las horas imaginándonos mil aventuras».

Y compruebas como ellos continúan haciendo cosas parecidas, olvidándose de los aparatos tecnológicos por unos momentos. Como momentos bastan para derribar cien años de vida e historias, a cambio de una buena lumbre o un mejor uso del suelo. 

Mis nietos ya no podrán disfrutar de ese entorno, podrán bajarse una aplicación en la tablet, donde puedan construir una cabaña, incluso podrán invitar virtualmente a amigos que no conocen físicamente, para construirla juntos. Pero, al menos a mi, no es el futuro que me gustaría que tuvieran. Y hablo desde el lado sentimental, porque si profundizo más, el futuro que imagino ahora para esas generaciones va unido a respiradores que proporcionen oxígeno, junto a chimeneas artificiales que, rodeados de aparatos eléctricos eviten que tengan que levantarse del sillón para hacer cualquier actividad, hasta ahora vital.

Pensaréis que es un futuro muy lejano, que cada vez estamos más concienciados con el cuidado de nuestro planeta, pero cuando matamos, no hay marcha atrás. Y como ejemplo de compromiso con el medioambie, este mismo alcalde que autoriza esta tala, al tiempo que realiza un acto en el que planta un olmo en la plaza del pueblo como muestra de sensibilidad con las especies protegidas.

En breve la zona talada pasará a ser «parcelada» y juntos podremos ir a ver el maravilloso olmo del que antes no podíamos disfrutar.

Loli