Las Ratas

Me dirijo a ellas, a las «ratas», a las que de forma sistemática han estado recortando la financiación de la sanidad pública, poniéndola en una situación de precariedad, que ahora con la crisis por el coronavirus se está mostrando descarada y crudamente. Dichas «ratas», porque hay que ser muy “y mucho ratas” para dedicarse ahora a despotricar del actual gobierno, que llevan solo unos meses en el cargo. Le critican por la escasez de medios para afrontar esta crisis, por la falta de personal en los hospitales y residencias, por la carencia de camas, mascarillas, respiradores, UCIS, y un largo etc.

Pero vosotras ratas, también habéis gobernado y lo habéis hecho además durante mucho tiempo, y ahora vociferáis que la culpa de la precariedad la tienen los “social-comunistas-bolivarianos” que actualmente están gobernando en nuestro país. Por cosas como esta, por vuestras actitudes y comportamiento inmundas ratas, es por lo que me dais mucha grima, por ser tan asquerosas y mucho más repugnantes que cualquier otra especie. Ninguna de las especies de la naturaleza, tienen la intencionalidad que tenéis vosotras por hacer daño, y causar tanta penuria a sus semejantes, generando pobreza y sufrimiento especialmente entre l@s trabajador@s. Por ello malditas ratas os repudio.

Como me gustaría que, como buenas ratas carroñeras que sois, abandonarais de una vez por todas el barco, y nos dejéis tranquilos y os olvidéis definitivamente de nosotros para que podamos vivir en paz. Porque mientras continuéis en el navío, no será posible que lleguemos a un puerto en el que haya justicia y prosperidad. Por el contrario, con vosotras al frente del timón, solo podemos esperar un crucero navegando entre infecciones y epidemias, que extienden la miseria y la pobreza entre las gentes del pueblo.

Así sois, hipócritas ratas, y vuestro comportamiento claramente lo demuestra, ya que no os conformáis con hundirnos la vida cada vez que podéis, sino que también, cuando algún poder del estado mira un poquito por el pueblo, vosotras no hacéis otra cosa que echar basura sobre la sociedad, y dinamitar cualquier posible mejora para l@s trabajador@s, como por ejemplo, los ataques constantes que habéis realizado contra la reciente subida del salario mínimo interprofesional.

Vosotras Ratas infectas, que habéis despreciado siempre las reivindicaciones de la ciudadanía, que tuvieron que convertir su lucha en mareas de colores, para que sus demandas resultaran a vuestros ojos llamativas. La hubo blanca por la sanidad, verde por la educación y tantas otras, como las de l@s pensionistas, Kellys, investigadores, bomberos, funcionarios de hacienda, y un sinfín de colectivos de trabajadores y trabajadoras que protestaban contra vuestras políticas de austericidio. Mientras vosotras, como auténticas ratas, imponíais con rabia vuestras recetas de miseria y pobreza, sin que mostrarais la más mínima sensibilidad social.

Ratas, que os habéis dedicado a privatizar y a querer ganar dinero incluso a costa de la salud de la ciudadanía, del agua que bebemos, de la dignidad de nuestros mayores, de los sepelios funerarios, pasando por las viviendas públicas y los hospitales. A vosotras ratas, que no tenéis más interés que el de aprovechar las instituciones públicas, como sobradamente habéis demostrado, para enriqueceros, os maldigo por ello y por vuestro egoísmo, pero sobre todo por vuestra ceguera intelectual y por el desprecio que mostráis ante el conocimiento.

Vosotras, que se os llena la boca de libertad, y después hacéis leyes para encarcelar a la gente simplemente por opinar, por las letras de algunas canciones, por comentarios en las redes, o declaraciones en los medios de comunicación que denuncian vuestra inhumana actitud, sois las verdaderas culpables del estado de precariedad en el que se encuentra nuestro país.

No obstante, asquerosas ratas, sabed que no sois las únicas responsables de lo que estáis haciendo, sino que, aunque en menor medida, también la tienen quienes os apoyan y votan, porque como todos sabemos despreciables ratas, no habéis caído del cielo, sino que son los electores quienes os han puesto en las instituciones, representación pública que aprovecháis para robarnos. Eso es lo que os salva mezquinas ratas, que hay mucha ignorancia todavía en nuestro país, de la que os haléis aprovechado y hacéis todo lo posible por alimentarla y sostenerla, ¡malditas ratas!.

Por último, quisiera aclarar que con el sustantivo «ratas» no me estoy refiriendo a ninguna de las especies naturales de roedores, sino que se trata de una clase social despreciable, que bien saben las aludidas y l@s apreciados lector@s, cual es el tipo concreto de ratas a las que he descrito.

Alfonso.