14 de abril, una fecha para no olvidar

El 14 de abril de 1931 el pueblo español con su voto proclamó la 2ª Republica Española, con su voto, y no de otra manera. Con esperanza, voluntad y valores democráticos, intentaron transitar por el camino del progreso avanzando hacia un estado de Justicia Social. Quisieron  construir un país moderno, donde el respeto efectivo por los Derechos Humanos fuera el elemento central de su constitución.

Pero no fue posible, no se lo permitieron, levantaron contra ellos las botas de los militares para pisar sus corazones, ensangrentando la historia de España y la esperanza en su futuro, y condenaron la primavera de un pueblo valiente, al hastío y el silencio de las cunetas y los cementerios.

A la buena gente, a las personas por ser progresistas, las fueron pueblo a pueblo, barrio a barrio y casa por casa apartándolas de sus familias, dejando a muchos niños sin sus padres y a sus mamas enloquecidas ante tanta barbarie. También les robaron, a ellos y a los que se les antojaba, todo lo que poseían, incluso sus sonrisas, pisoteando y escupiendo sobre las caricias y los besos que ya nunca más volverían a darse.

Eso fue lo que le hicieron a una España que amaba, a un pueblo que soñó con un día en el que pudiera ser libre y dueño de su destino. Dispuestos estaban a construirlo con el esfuerzo de su trabajo, y la fuerza que les daba, la idea de poder vivir en una sociedad más justa. Hoy, casi 90 años después, muchos millones de personas siguen manteniendo ese mismo anhelo, que un Mundo Mejor debe ser Posible.

A las personas, a las que en tiempos de la “cruzada” secuestraron, fusilaron o enviaron a prisión, a las familias a las que torturaron y después durante cuarenta años humillaron, o mejor dicho durante ochenta, ya es hora de hacerles justicia, sencillamente por humanidad, y posible si nuestros gobernantes tuvieran un comportamiento honesto.

Han sido muchos, están siendo demasiados, los años que llevan matando, aniquilando de mil maneras diferentes, disparando a la memoria o borrando los recuerdos, y así pretenden mantener encarcelada la historia de millones de hombres y mujeres de los pueblos de España.

Por ello, si esta nación, este pueblo, conserva algo de dignidad, debe reconocer las injusticias que se cometieron con la ciudadanía republicana, con el pueblo español y sus descendientes. Descendientes que aun siguen padeciendo, sin que haya habido hasta el momento reparación alguna del daño y el sufrimiento. Por eso ya es hora del cumplimiento de los derechos humanos, y que después de ochenta años, que menos que poder encontrar a sus familiares, recuperarles del anonimato y dejarles descansar con sus seres queridos.

Fue una encrucijada histórica para el pueblo español, en la que una gran parte de las mejores personas de su sociedad, fueron genocidamente desaparecidas por representar el sector más democrático y dinámico del pueblo español. Con ello se conjuró la posibilidad de que nuestro país hoy, hubiera podido ser una nación moderna con un avanzado desarrollo de los derechos humanos.  

Por los motivos comentados, y por más tiempo que pase el 14 de abril merece ser recordado, ya que ese día de primavera el pueblo, en un gesto valiente y pacífico votó por una nación en la que se respetasen los derechos de todas y de todos.

Un último comentario sobre esta España nuestra. ¿No les parece, que seguir heredando en el siglo XXI la jefatura del estado, es un anacronismo y una ridícula antigualla? Pues quienes así lo vemos, deberíamos intentar democráticamente y de forma pacífica ponerle remedio.

Alfonso.