Mi padre tenía una carta manuscrita de Fidel Castro.

Si estimadas/os lectoras/es mi padre tenía una carta que le escribió de puño y letra Fidel, digo tenía porque la policía alemana en Alemania se la confisco cuando fue detenido por crear el partido Comunista de la emigración española en Kassel, una ciudad industrial de Alemania, donde en barracones se hacinaban los trabajadores españoles, entre otras nacionalidades, allá por los años 60.

El motivo de las letras de Fidel fue declinar la oferta que mi padre también por carta, e igualmente manuscrita, le hizo para incorporarse a la lucha de los guerrilleros de Sierra Maestra. En la misiva Fidel le agradecía muchísimo su invitación a incorporarse a las filas de la revolución Cubana, ofrecimiento que mi padre le hizo, como tiempos atrás cientos de trabajadores cubanos le hicieron a la República Española para salvarla de las garras del fascismo, en la que algunos de ellos murieron en tierras españolas, como fue el caso de Pablo de la Torriente Brau.

En el manuscrito Fidel le decía que no le necesitaban en Cuba, que ellos se valdrían por si solos, pero que contaban con él para hacer la revolución en otros lugares del mundo, como lo intentó el Che Guevara. Si Amigas y Amigos a mi padre le escribió, desde algún campamento recóndito de Sierra Maestra Fidel Castro.

Fidel, ese dictador del Caribe, ese comunista de cuernos y rabo, ese sanguinario que para muchos, para la mafia estadounidense por ejemplo, para los gestores de los casinos, para los capitalistas de los ingenios, para los imperialistas que subyugan a los pueblos, ha muerto. Ha muerto, y doy gracias por ello, y derramo mis lágrimas a miles de kilómetros de donde ha sucedido, si lloro por ello, de pena pero mucho más de alegría, porque ha muerto en su casa, con su gente, con su chandal de los colores de su patria o muerte, y no le han podido matar, después de más de 600 intentos, como todo el mundo bien informado sabe.

Si estoy contento, tanto como para salir esta noche con unas amigas y unos amigos a celebrarlo, a brindar por él con quienes más quiero, porque nosotros vamos a celebrar que ya tenemos a otro revolucionario eterno, y que se va a reunir con uno, para muchas/os, de los más grandes que ha dado la Humanidad, con su amigo y compañero el Ché Guevara.

Festejaremos que se ha ido en paz, el hombre al que le vertieron hollín sobre sus sabanas blancas, al hombre al que los cochinos intentaron invadir una de las bahías de las costas de su patria, al revolucionario internacionalista que contribuyó siempre a la paz mundial, fundador del grupo de países no alineados, al estadista que mandaba médicos/as y medicinas a países pobres, en conflicto o con desastres naturales, en vez de armamento y soldados, al personaje histórico que más odio ha despertado entre las alimañas de la destrucción y el hambre.

Descansa en paz mi Comandante, guerrillero del pueblo, ejemplo de dignidad de la especie humana. Sé que la herencia que vas a dejar, es la motivación para seguir luchando por la justicia universal, al menos en mí así será, sé también, y no me cabe la menor duda, de que no vas a dejar dinero, ni propiedades, ni fortunas a ningún familiar, a ninguna corporación empresarial, solo ejemplo, ejemplo y nada más.

Descansa Camarada, con mi cariño y más absoluto respeto.