Hoy,ahora, ya, España es otra.

A estas horas ya da igual el resultado de la urnas numéricamente hablando, si hay más sies que noes, o más noes que sies. 

Es igual que se insista en si esto ha sido un referéndum o no lo ha sido, legalmente hablando.

Porque el hecho es que en Cataluña se ha votado y se está votando, como han podido, y donde se les ha impedido han manifestado su voluntad de hacerlo.

Las imágenes no dan lugar a duda. Policías arrancando urnas de los brazos de ciudadanos desarmados. Policías arrastrando de los pelos a personas que solo querían votar. Policías golpeando con porras, policías golpeando con mazas, para impedir votar.

Ya da lo mismo, porque hoy Cataluña no se ha ido, el aparato represor español la ha echado, emocionalmente hablando.

Y los españoles de Linares, o de Medina del Campo, Pontevedra, Ejea de los Caballeros, Lekeitio,  que hoy han dicho «no en mi nombre» a reprimir, no al uso de fuerza contra la voluntad soberana de un pueblo, cualesquiera que sea, hemos establecido lazos de hermandad con Cataluña, hemos convenido en defender la libertad y la democracia por encima de leyes que no son inmutables, que están hechas por la mano del hombre, en un contexto, lugar y tiempo, y que hoy es otro.

Cataluña no se ha movido ni se moverá del sitio, por más que unos quieran irse, u otros quieran quedarse, y los hay que quieren echarla, ni insistan otros en someterla, y muchos quieran relacionarse de otra manera, en otro marco,… geográficamente hablando no se moverán del sitio. Y yo que soy de Madrid seguiré yendo de vacaciones al Valle de Arán, y Manolo que vive en Badalona no dejará de ir a las Hurdes, donde está su pueblo, ni Carma de Figueres de visitar la Alhambra. Y encontraremos cerezas del Jerte en Barcelona y cava de Sant Sadurní d´Anoia en Madrid. 

Pero hoy 1 de octubre de 2017 y sin moverse del sitio, a Cataluña llegaron hombres armados. Hombres armados frente a hombres, mujeres, ancianos, jóvenes con papeletas.

Hombres armados, con pistolas de bolas de goma, prohibidas en Cataluña, frente a la voluntad y el democrático acto de votar.

Hombres armados y acorazados, a los que no vemos las caras, tomando las calles de ciudades y pueblos.

Hoy alguien ha perdido una batalla, y no han sido la urnas de Cataluña.

Hoy, ahora, ya, España es otra.